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MÁS INTERROGANTES (1 de 2)

Young doctor is  holding  hypodermic syringe with  vaccine vial and rubber gloves on gray background.
Vacuna doctor. FOTO: <a href="https://www.freepik.es/fotos/bebe">Foto de Bebé creado por jcomp - www.freepik.es</a>
MÁS INTERROGANTES (1 de 2)

Que conste que intento escribir sobre otros temas pero… la realidad y la actualidad me llevan una y otra vez al monotema pandémico. Y, como el texto que he escrito es un poco denso y largo, lo voy a dividir en dos capítulos.

Durante estos días he leído unas cuantas cosas que, como poco, me cuestionan informaciones previas y me plantean nuevos interrogantes sobre esta realidad. Las novedades a las que me refiero afectan a diversos encuadres o perspectivas de la pandemia.

Soy consciente de que cuando se coloca atención continua sobre un problema, generando críticas continuas sobre él…, esto mismo, como actitud, puede impedir encontrar la solución.

No es que yo intente (al menos conscientemente) encontrar ninguna solución a esta situación creada y, según veo, cada vez más alocada. A lo más, me conformo con inducir la puesta en marcha de mi sentido común y el de mis lectores, y fomentar el pensamiento crítico como parte del funcionamiento de un ser humano libre.

       * Aparición del SARS-COV-2.

Cuando más o menos veía claro que el proceso pandémico se generó en Wuhan (China), en las cercanías de alguno de sus laboratorios de alta seguridad (en los que se investiga y “juega” con este tipo de bichos dentro del capítulo de armas biológicas y vacunas), va y en Barcelona se ha detectado ese mismo germen en muestras de sus aguas residuales, ¡¡¡ojo!!!, desde el 12 de Marzo de 2019. Palabrita del niño Jesús en boca de la Universidad de Barcelona.

¿Y ahora qué? ¿qué sentido tiene esto? ¿qué interrogantes abre? ¿El virus estuvo “atontado” en España hasta un año después, en Marzo de 2020, y sólo despertó en la medida en que las noticias y la histeria colectiva se acercaban desde China a Italia?

Claro, en el mes de marzo, habitualmente en España ya estamos acabando o han acabado las semanas de epidemia de gripe estacional (comienzan a finales de Diciembre o primeros de Enero), y ya no es época de este tipo de afecciones respiratorias tan características de fase invernal.

Los estudiosos de la Universidad de Barcelona suponen que el cuadro clínico causado por este SARS-COV-2, de clara coincidencia en su genoma, habría sido confundido con un cuadro sindrómico semejante: la gripe.

       * Resistencia natural al SARS-COV-2.

Existe la evidencia de que ha habido una resistencia natural al germen en la población humana desde el principio. Si no fuera así, el crecimiento de la epidemia y su mortalidad debería haber sido exponencial en toda su duración, pero no ha sucedido así. Sólo se ha difundido de forma exponencial en las dos primeras semanas desde la aparición de casos notificados y testados. Paulatinamente, tras esas dos semanas, su crecimiento fue disminuyendo.

Para valorar la inmunidad, actualmente, se está mirando casi únicamente a la existencia o no de anticuerpos (generados por la estimulación de linfocitos B) en la sangre de las personas pero, según parece, el 40-60% de las personas no expuestas al COVID-19 eran resistentes al virus a nivel celular, por los linfocitos T, no por anticuerpos.

¿Ha habido una resistencia cruzada entre los coronavirus del resfriado común de cada invierno con el COVID-19?

Incluso, se han construido modelos matemáticos (Prof. Karl Friston) en los que la resistencia previa al COVID-19 podría ser del 80%.

Si os acordáis, uno de los primeros estudios que nos impactó fue el del británico Imperial College, en el que se vaticinó un porcentaje de población afectada del 80%, con una mortalidad del 0’5-1%. Una masacre. Pero, aunque el cálculo era correcto respecto a una población totalmente sensible al bicho, el error del modelo fue que no estimó que la población susceptible de enfermar sólo era una pequeña parte; el resto era resistente.

       * Vacuna de la gripe y SARS-COV-2.

Ya hice referencia en un anterior artículo a aquel estudio norteamericano sobre soldados vacunados y no vacunados contra la gripe en los que se vio la asociación de un porcentaje de mayor afectación por coronavirus (36%) y otros virus generadores de neumonía (por ejemplo, metapneumovirus humano). A este fenómeno se le llama “interferencia viral”.

Otra de estas noticias que me ha llegado es una investigación del Hospital de Barbastro (Huesca), en el que se plantea la posible asociación (más allá de la pura especulación) entre la vacuna de la gripe de 2019 y un mayor riesgo al fallecimiento por COVID-19 en mayores de 65 años. Y el aparente causante, según los investigadores de este hospital, podría ser un adyuvante de dicha vacuna: el POLISORBATO 80.

Los resultados de este estudio sobre la población del sector sanitario que cubre este hospital se verificaron también en una residencia de ancianos de otro sector sanitario, comprobando los mismos hechos. Esta realidad les llevó a plantear una posible interferencia en el sistema inmunológico de los ancianos vacunados por esta vacuna contra la gripe estacional 2019. Y el vector de esta interferencia sería el POLISORBATO 80 inoculado en los ancianos a través del inyectable de la vacuna.

Es evidente que el estudio en cuestión todavía no se ha verificado “por pares” (verificación por otros equipos de investigación, condición necesaria para darle valor científico) y ya se le ha criticado diciendo que es “de baja calidad científica”, con una muestra pequeña de personas, que se lanzan juicios sobre la seguridad de las vacunas…

En el estudio en cuestión, se dice también:

La vacuna antigripal tiene consideración de medicamento de receta, pero en la campaña de vacunación ni hay prescripción médica, ni se emiten recetas individualizadas por paciente, ni las vacunas son dispensadas en farmacia. La vacuna se administra “por protocolo”.

Con frecuencia, las vacunas se sirven en palets desde el laboratorio farmacéutico a los centros de administración, sin controles farmacéuticos básicos ni de albaranes ni de lotes distribuidos”.

Ya veremos el recorrido que tiene en un futuro la hipótesis planteada en este estudio pues, en caso de verificarse, es un aldabonazo en toda regla a uno de los pilares de la actual medicina microbiana: la confianza ciega a la administración de vacunas de la manera como se realiza en la actualidad.

(Continuará)

Salud para ti y los tuyos.

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