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El Museo de Navarra celebra su 65º aniversario con la publicación de los libros "Enigma" y "Fragmentario"

El primero ofrece una propuesta infantil de Silvia Lizarraga e Itziar Rubio y el segundo, una ‘anti-guía’ del centro, desde la mirada personal de Oskar Alegría
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La consejera Esnaola con responsables del museo, colaboradores y autores de las publicaciones. FOTO GOBIERNO DE NAVARRA
El Museo de Navarra celebra su 65º aniversario con la publicación de los libros "Enigma" y "Fragmentario"

El Museo de Navarra conmemora el 65 aniversario de su apertura con la edición de dos publicaciones, un libro para niños titulado “Enigma en el Museo de Navarra”, escrito por Silvia Lizarraga, y la obra dirigida a adultos “Fragmentario. Museo de Navarra 65 Aniversario”, de Oskar Alegría, con los que quiere llegar, según indican desde el propio Museo, “a un público lo más amplio posible, comenzando por los más pequeños”.

Ambos textos centran su argumente en el centro, que abrió sus puertas el 24 de junio de 1956, día de San Juan, en el edificio del el antiguo Hospital de Nuestra Señora de la Misericordia. También se quiere dejar constancia, han señalado, “del trabajo incansable de una institución que se ha mantenido a la vanguardia del cumplimiento de las funciones y objetivos de un museo”.

Los autores de ambas publicaciones han participado en su presentación esta mañana en el Museo de Navarra en un acto de celebración del 65 aniversario que ha contado con la intervención de la consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, y la directora del Museo de Navarra, Mercedes Jover.

La consejera ha señalado que el Museo “ha tenido un gran recorrido, impulsado por todas las personas que han formado parte de él; pero siempre con una premisa clara: servir a la ciudadanía”. Y ha añadido, “es un servicio público que quiere, a través del patrimonio y del arte, acercar la historia de Navarra, despertar y responder interrogantes o, simplemente, poner a disposición del disfrute o la contemplación, obras de gran belleza estética. Para ello, conserva, acrecenta y difunde estos bienes, y sirve para la promoción de obras y artistas”.

"Enigma en el Museo de Navarra"

‘Enigma en el Museo de Navarra’ es un libro surgido de la ilusión. “Invita a niños y niñas de entre 6 y 12 años a conocer el Museo de Navarra, institución mágica que custodia algunas de las más importantes piezas del patrimonio cultural foral”, han explicado los responsables de la iniciativa.

“El texto introduce al lector en el centro como en una aventura, y le proponen pasar una mañana visitándolo en compañía de los gigantes y kilikis de la Comparsa de Pamplona para desentrañar un misterio”, han indicado.

La obra, escrita por Silvia Lizarraga e Itziar Rubio e ilustrada por Fernando Saiz, “esboza con humor la labor diaria del centro y se aproxima al arte desde las emociones y la apreciación personal de las obras”. El libro, que se publica en colaboración con la editorial navarra Kilikids, cuenta con una tirada de 1.000 ejemplares en castellano y 500 en euskera. Se entregarán gratuitamente con la entrada, desde el día 24 de junio hasta el 14 de julio, a todos los niños y niñas de entre 6 y 12 años que se acerquen a conocer el Museo. También podrán adquirirse al precio de 12,90 euros.

“Fragmentario. Museo de Navarra 65 Aniversario”

Por otro lado, “Fragmentario. Museo de Navarra 65 Aniversario” es una acción artística a través de los textos y las fotografías del cineasta y escritor Oskar Alegría y puede describirse como una anti-guía del Museo. “Se trata de un mosaico personal y libre del autor, formado por trozos de las obras del centro que buscan ser “una nueva manera de aproximarse al museo, desde la elocuencia de lo mínimo”, han comentado.

“A través de 173 pequeños fragmentos, sin mostrar las obras completas, el libro propone mirar el presente con los ojos del pasado y viceversa, para concentrar la mirada en el pequeño detalle, ya sea de un cuadro o de una escultura, y desde allí lanzar un relato que nos invite a la deriva”, han concretado desde el Museo. “A veces será una colección de párpados que nos dé pistas sobre la vecindad entre el sueño y la muerte; otras veces, será una serie de agujeros hallados en diferentes piezas los que nos inviten a lanzar una teoría entre el vacío y la ausencia”.

En el libro han colaborado 17 voces de diferentes artistas navarros, “que aportan su testimonio, para culminar la fiesta desde un punto de vista personal”, han indicado. Entre ellos, se encuentran Rafael Moneo y la luz de alabastro; las nubes y Pedro Salaberri; la forma del agua e Inés Boza; el cielo de la ciudad en Juan Gracia Armendáriz y Carlos Cánovas; una orquesta imaginaria para Ramón Andrés y Teresa Catalán; o el juego de sombras y Dora Salazar.

La publicación ha sido diseñada por Santos Bregaña e impresa por Gráficas Castuera, con una tirada de 650 ejemplares en castellano y 250 en euskera. Puede adquirirse por un importe de 20 euros.

Historia del Museo de Navarra

El Museo de Navarra no posee un documento fundacional, por ello su historia arranca el día 24 de junio de 1956, cuando abrió sus puertas al público. Desde entonces ha servido a la sociedad de manera sólo interrumpida por las obras de remodelación y mejora que ha sufrido. La más larga provocó su cierre desde enero de 1987 hasta enero de 1990, y permitió acometer el proyecto de remodelación que lo convirtió en el actual museo.

Inició su trayectoria bajo la dirección del navarro Joaquín María de Navascués, entonces director del Museo Arqueológico Nacional, inspector general de museos arqueológicos y catedrático de la Universidad Central de Madrid. Inicialmente las instalaciones contaban con tres plantas, divididas en veintidós salas.

A los tres años de su inauguración contaba con salón de actos, sala de exposiciones temporales, biblioteca, despacho de dirección, de oficina, talleres de restauración y fotográfico, así como vivienda permanente para el personal de vigilancia.

“El criterio de exposición adoptado colocaba en la planta baja los bienes pesados y de gran formato, desde la época romana al Renacimiento; en la segunda planta se exhibían en vitrinas bienes arqueológicos procedentes de excavaciones varias; finalmente, en la tercera planta se disponían piezas góticas, renacentistas y barrocas”, han recordado desde el centro.

La mayoría de los fondos eran de procedencia navarra y se incorporaron piezas del resto de España, como elementos de contextualización con fines didácticos. Desde su apertura, “aumentó los fondos exhibidos, amplió las salas de exposición permanente e incorporó en todo momento las nuevas inquietudes museológicas y museográficas”, han destacado.

El 26 de enero de 1990, tras tres años de obras de remodelación, “fue reabierto, con un aspecto funcional y moderno”. El proyecto fue dirigido por el estudio de los arquitectos catalanes Jordi Garcés Bruses y Enric Soria Badía. A esta reforma responde su actual presentación. “Fue el primer museo provincial en acometer una modernización integral en España”, han indicado.

Entre los años 1984 y 1991, Pedro Manterola Armisén (artista y profesor) fue asesor de Cultura en el Departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Navarra y tuvo un notable protagonismo en la renovación que el Museo de Navarra presentó en 1990.

En 1997 abrió una nueva sala en la iglesia del antiguo hospital, “el único templo del siglo XVI que se conserva en Pamplona”, han comentado, “que exhibía contextualizado un notable conjunto de arte sacro. Junto con la portada renacentista por la que se accede al Museo de Navarra, la capilla es el único vestigio conservado del hospital del siglo XVI”.

En abril de 2011, tras un proceso de eliminación de barreras arquitectónicas, se presentó la nueva Sala de Prehistoria y Edad del Hierro, que mostró el resultado de los descubrimientos arqueológicos que habían tenido lugar en Navarra en los últimos veinte años.

El 31 de enero de 2019 el museo renovó su exposición permanente, en el marco de un ambicioso plan para cambiar la forma de presentar las obras dentro del Museo, de manera alejada de la tradicional división por épocas y estilos, haciendo especial hincapié en la producción contemporánea y en la relación entre visitante-obra.

“El nuevo discurso ‘Todo el arte es contemporáneo’ nace del convencimiento de que el arte es un lenguaje, un sistema de comunicación mediante el cual “las personas siempre han expresado su parte más profunda y contempla temáticas distintas, bajo las cuales se agrupan obras de diferentes artistas y estilos”, han recordado. “Por ello olvida lo estilístico y cronológico y se hace transversal, desde el convencimiento de que el arte es un sistema de comunicación que siempre apela a la persona”.

La tarea de actualización de la exposición permanente ha continuado con la apertura el 18 de mayo de 2021 de una sala dedicada a “La Moneda en Navarra”, que ha devuelto a la vista pública, han destacado, "su importantísima colección numismática centrada en las acuñaciones navarras", y con la eliminación de barreras y el desarrollo de un nuevo proyecto museológico y de mediación de la sala 1.9, dedicada a presentar la pintura mural gótica y ahora denominada “Humanizar lo divino”.

El equipo

El equipo humano que ha sostenido la actividad del centro a lo largo de seis décadas y media ha trabajado “de manera incansable y entusiasta al servicio de la ciudadanía”, según han destacado desde el centro. Actualmente, son 25 las personas que conforman la plantilla de la institución, integrada por personal técnico, administrativo, de mantenimiento y de vigilancia de salas.

En sus 65 años de andadura ha contado con la dirección Mª Ángeles Mezquíriz Irujo (1957-1999); Jorge de Navascués y de Palacio (subdirector. 1958-1968); Francisco Javier Zubiaur Carreño (1999-2002); Mª Camino Paredes Giraldo (septiembre 2002 - julio 2003); Miguel Ángel Hurtado Alfaro (2003-2010); y Mercedes Jover Hernando (desde 2011 hasta hoy).

El Museo de Navarra afronta “con ilusión” los nuevos retos de futuro, desde su compromiso como principal centro de depósito del patrimonio cultural navarro y con el convencimiento de que propiciar el acceso a la cultura y el arte es un servicio público que proporciona a la sociedad un bienestar que no sólo necesita, sino que la hace más feliz”, han concluido.

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